He aquí un Sur extraño, oscuro, sin memoria, donde las ideologías se desgranan y el poema es una construcción deliberadamente llena de ripios y fallas, rimas reiteradas que machacan el sinsentido, aliteraciones forzadas, una burla, en fin, en la cara de unos hipotéticos lectores que se instalan dentro del poema como antilectores ideales. Reflexión metapoética, pero más bien reflexión sobre la condición humana. Escritura desafiante y agresiva, diatriba antipoética que intenta mediante un lenguaje confrontacional poner en cuestión las formas y temas de la poesía, pero al mismo tiempo incursiona, busca su propio modo de escudriñar en lo poético.
A ratos son evidentes las huellas de Lihn o Rodrigo Lira, en un corpus coherente que apela con vigor a los poetas y a los lectores, porque incomoda y obliga a tomar posición o al menos a escuchar con atención a un hablante que pretende levantar la voz en la plácida escena de la poesía.
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